Descubrir por qué una PC se reinicia constantemente durante las sesiones de juego puede ser realmente molesto. A veces, parece que es algo aleatorio: estás en medio de una racha de fallos y, ¡zas!, el sistema se reinicia. Si bien Windows 11 ha mejorado con funciones de juego como DirectStorage y HDR automático, aún no es inmune a los fallos de hardware o software que pueden provocar bloqueos. Las causas pueden ser numerosas, desde sobrecalentamiento y fallos en la fuente de alimentación hasta problemas con los controladores o incluso malware. Esta guía busca cubrir las causas más comunes y mostrar soluciones prácticas que realmente funcionan, basadas en experiencias reales. Sin rodeos, solo consejos que han funcionado en algunas máquinas, teniendo en cuenta que tu configuración podría ser un poco diferente.
Cómo solucionar el reinicio de la PC al jugar en Windows 11
Por qué tu PC podría reiniciarse mientras juegas
Primero, un breve resumen de lo que suele ocurrir entre bastidores: las cargas elevadas del sistema sobrecargan los componentes, y si algo falla (como sobrecalentamiento, falta de energía o controladores obsoletos), el sistema puede bloquearse o reiniciarse para evitar daños reales en el hardware. Descubrir qué está pasando requiere un poco de ensayo y error, pero identificar al culpable puede hacer que solucionarlo sea mucho menos frustrante.
Monitorear las temperaturas y el enfriamiento: primer paso para verificar
Si tu CPU o GPU se calienta demasiado, tu PC podría reiniciarse para protegerse. Es un poco extraño, pero es una buena medida de seguridad para el hardware, aunque sea molesto a mitad de una partida. En algunas configuraciones, las temperaturas pueden dispararse, especialmente durante partidas intensas, cuando los ventiladores no son suficientes o el polvo obstruye el flujo de aire.
- Usa aplicaciones como HWMonitor, Core Temp o MSI Afterburner para obtener lecturas de temperatura en tiempo real. Son gratuitas y bastante fiables.
- Revisa la temperatura de tu CPU: debería mantenerse por debajo de los 85 °C la mayor parte del tiempo. Una temperatura de la GPU en el mismo rango también es buena, pero si alcanza los 90 °C o más con regularidad, tienes problemas de sobrecalentamiento.
El polvo es un factor importante. Suele ser la causa: limpia los ventiladores, disipadores y rejillas de ventilación con aire comprimido. No sé por qué, pero una vez que se elimina el polvo, la temperatura suele bajar un poco. Además, si ha pasado un tiempo, volver a aplicar pasta térmica a la CPU o GPU ayuda; no es demasiado complicado y puede marcar la diferencia.
Verifique su fuente de alimentación (PSU)
Si el sobrecalentamiento no es el problema, podría deberse a una alimentación deficiente. Jugar requiere mucha energía; si la fuente de alimentación no puede con la carga, el sistema se reinicia para protegerse. Especialmente con tarjetas gráficas de alta gama, las fuentes de alimentación deficientes o antiguas pueden causar muchos dolores de cabeza.
- Calcule sus necesidades de energía: sitios como OuterVision PSU Calculator le ayudan a realizar una estimación.
- Asegúrese de que la potencia de su fuente de alimentación sea al menos un 20-30 % superior al consumo máximo de energía de su sistema. Por ejemplo, si su configuración necesita unos 550 W, una fuente de alimentación de 650 W es más segura y ofrece mayor fiabilidad.
- Preste atención a ruidos extraños provenientes de su fuente de alimentación o cualquier olor a quemado: estas son grandes señales de alerta.
- El uso de un multímetro o un comprobador de fuente de alimentación puede ayudar a confirmar la estabilidad del voltaje, especialmente si nota fallas que ocurren bajo carga.
Si tu fuente de alimentación es vieja, de baja potencia o barata, considera reemplazarla por una marca confiable como Corsair, EVGA o Seasonic. Sinceramente, vale la pena invertir en una unidad de buena calidad para una estabilidad a largo plazo.
Actualizar los controladores de la tarjeta gráfica y la placa base
Este es un problema muy común, pero a menudo se pasa por alto. Los controladores obsoletos o dañados, especialmente los de la GPU, suelen causar fallos. Windows 11 no siempre gestiona bien los controladores antiguos, y los videojuegos suelen exponer incompatibilidades con bastante rapidez.
- Para las tarjetas NVIDIA, obtenga los controladores más recientes de GeForce Experience o del sitio de NVIDIA.
- Para AMD, ve a Controladores y software de AMD. Instala los controladores Radeon más recientes compatibles con tu GPU.
- Además, actualice el chipset de su placa base y los controladores de audio y red (consulte el sitio del fabricante de su placa base para obtener información al respecto).
- No olvide ejecutar Windows Update (Configuración → Windows Update) para obtener los últimos parches del sistema operativo; a veces incluyen correcciones de estabilidad.
En algunas configuraciones, las actualizaciones de controladores causan problemas, por lo que vale la pena consultar foros o estar atento a errores conocidos, pero, en general, esto soluciona muchos reinicios aleatorios.
Ejecutar diagnósticos de memoria: prueba tu RAM
La RAM defectuosa puede activarse inesperadamente, especialmente con una carga de juego intensa. Si tu sistema es inestable o se reinicia de forma aleatoria, una comprobación rápida puede ahorrarte muchos dolores de cabeza.
- Escriba
mdsched.exeen el cuadro de búsqueda de Windows o presione Win + REnter, luego seleccione «Reiniciar ahora y verificar si hay problemas». - Esto reiniciará el sistema y ejecutará una prueba de memoria. Puede tardar entre 10 y 15 minutos.
- Si aparecen errores, deberá reemplazar las memorias RAM. A veces, reinstalar o probar los módulos de RAM uno por uno ayuda a identificar el defectuoso.
Analizar en busca de malware y virus
El malware puede causar inestabilidad en el sistema, ¿por qué no? Simplemente está dañando tu PC. Realizar una limpieza profunda con herramientas como Malwarebytes en modo seguro puede eliminar spyware o programas potencialmente no deseados que Windows, más lento, no detecta.
- Ejecute Windows Defender (Configuración → Privacidad y seguridad → Seguridad de Windows → Protección contra virus y amenazas → Análisis rápido).
- Para un análisis más profundo, instale y ejecute Malwarebytes.
- Elimine todas las amenazas, luego reinicie y vea si la estabilidad mejora.
Comprueba tus archivos del sistema
A veces, los archivos del sistema de Windows se corrompen, lo que puede afectar la estabilidad. Ejecutar sfc /scannowes una forma práctica de solucionar estos problemas. Simplemente abra el Símbolo del sistema como administrador ( Win + X→ Símbolo del sistema (Administrador)) y escriba ese comando. Puede tardar un poco, pero suele solucionar los problemas que provocan reinicios.
En los casos donde esto no funcione, ejecute:
DISM /Online /Cleanup-Image /RestoreHealth
Luego reinicia y comprueba si mejora.
Desactivar el reinicio automático para detectar códigos de error
Windows suele reiniciarse automáticamente tras un fallo, lo que dificulta identificar el error real. Desactivar el reinicio automático revela los mensajes de error BSOD, que son mucho más útiles.
- Presione
Win + R, escriba sysdm.cpl y presione Enter. - Vaya a Avanzado → Inicio y recuperación → haga clic en Configuración.
- Desmarque la opción Reiniciar automáticamente y luego reinicie su PC.
La próxima vez que ocurra un fallo, verás un código de error: búscalo en Google y la solución podría ser más clara.
Utilice el Visor de eventos para obtener pistas
Si aún no sabes por qué se reinicia tu PC, el Visor de eventos integrado de Windows puede guiarte. Busca el Visor de eventos en Inicio, ve a Registros de Windows → Sistema y busca errores marcados con un signo de exclamación rojo que se produzcan cerca del momento del reinicio.
Los detalles del error y el ID de evento pueden ayudar a identificar problemas de hardware o controladores. Una búsqueda rápida en línea con estos códigos suele dar como resultado soluciones específicas.
Comprueba tus dispositivos de almacenamiento
Los problemas con el disco duro o SSD no son evidentes hasta que provocan un fallo. Ejecútelo chkdsk /f /r C:en un Símbolo del sistema con privilegios elevados para analizar y reparar sectores defectuosos. Además, herramientas como CrystalDiskInfo pueden ofrecer información sobre el estado de la unidad basándose en datos SMART. Si el estado SMART de su unidad indica problemas, reemplazarla podría ser la mejor opción.
Deshabilitar el overclocking
El overclocking de la CPU o la GPU puede parecer atractivo, pero suele causar inestabilidad al jugar. Accede a la BIOS/UEFI durante el arranque (normalmente Delo F2) y restablece los perfiles de overclocking a sus valores predeterminados. Guarda y sal, y luego prueba la estabilidad con la configuración predeterminada. El overclocking es bastante impredecible: a veces funciona, a veces no, especialmente con cargas pesadas.
Ajuste las opciones de energía para una mejor estabilidad
Los planes de energía de Windows pueden limitar la velocidad de la CPU o la GPU, lo que provoca fallos. Ve a Configuración → Sistema → Energía y batería → Modo de energía y configúralo en Máximo rendimiento. Además, desactiva el modo de suspensión o hibernación al jugar para que el sistema se mantenga completamente activo. En Configuración avanzada de energía, configura el estado máximo del procesador al 100 % para evitar la limitación durante las sesiones de juego.
Reinstalar juegos o software problemáticos
Si un juego o aplicación en particular sigue causando problemas de reinicio, intenta reinstalarlo. Desinstálalo y luego elimina los archivos restantes de Documentso AppData. Descarga copias nuevas de fuentes oficiales; la corrupción o las actualizaciones incorrectas a veces pueden provocar reinicios del sistema.
Actualizar el firmware del BIOS/UEFI
Una BIOS desactualizada puede entrar en conflicto con las nuevas funciones o hardware de Windows. Visite el sitio web del fabricante de su placa base, descargue la BIOS más reciente y siga atentamente las instrucciones de actualización. Restablezca la configuración predeterminada de la BIOS después de la actualización; a veces esto soluciona incompatibilidades sutiles.
Desactivar temporalmente las superposiciones y las aplicaciones en segundo plano
Las superposiciones de Discord, Steam o NVIDIA GeForce Experience pueden causar conflictos en algunos juegos. Desactiva o cierra estas aplicaciones temporalmente y comprueba si los reinicios dejan de ocurrir. Además, cierra los programas en segundo plano innecesarios mediante el Administrador de tareas. A veces, un proceso en segundo plano consume recursos, lo que causa inestabilidad bajo carga.
Cuándo buscar ayuda profesional
- Se sospecha que hay fallas de hardware de GPU o problemas de VRAM, especialmente si ocurren artefactos o fallas incluso después de las actualizaciones del controlador.
- Problemas con la placa base, como condensadores defectuosos o pines doblados.
- Problemas de suministro de energía que no se pueden diagnosticar en casa o si hay olores o ruidos sospechosos.
Obtener un diagnóstico profesional puede ser una buena idea si todo lo demás falla o si la sospecha recae en defectos de hardware.
Consejos profesionales para evitar reinicios futuros
- Mantenga los controladores y Windows actualizados: manténgase al tanto de los parches.
- Limpie periódicamente el polvo de su PC: el polvo afecta la eficiencia de enfriamiento.
- Monitorea la temperatura durante el juego: evita sorpresas.
- No hagas overclock a menos que estés listo para realizar pruebas de estrés para comprobar la estabilidad.
- La fuente de alimentación debe coincidir con las demandas de su hardware: ¡no escatime!
- Escanee periódicamente en busca de malware y mantenga copias de seguridad.
Resumen
Lidiar con reinicios aleatorios al jugar en Windows 11 puede ser un verdadero fastidio, pero la solución paso a paso ayuda a identificar la causa. Desde problemas de refrigeración y de alimentación hasta actualizaciones de controladores y reparación de archivos del sistema, cada solución soluciona un problema común. Normalmente, la combinación de estos pasos permite que la mayoría de los usuarios vuelvan a disfrutar de sesiones de juego estables. Recuerda que los problemas de hardware suelen ser los culpables, así que no dudes en buscar ayuda experta si tienes dudas.
Resumen
- Verifique las temperaturas de la CPU y la GPU: manténgalas por debajo de 85 °C.
- Asegúrese de que la fuente de alimentación proporcione suficiente energía estable.
- Actualice todos los controladores y Windows.
- Ejecute diagnósticos de memoria para detectar problemas de RAM.
- Escanee en busca de malware y repare los archivos del sistema dañados.
- Deshabilite el reinicio automático para ver los códigos de error.
- Consulte los registros de eventos para obtener pistas.
- Pruebe el estado del almacenamiento: las unidades defectuosas provocan fallas.
- Restablecer la configuración de overclocking.
- Ajustar los planes de energía de Windows.
- Reinstalar juegos o software problemáticos.
- Actualice el BIOS si es necesario.
- Desactivar temporalmente las superposiciones y las aplicaciones en segundo plano.
Reflexiones finales
Con suerte, estos pasos prácticos ayudarán a estabilizar la situación. Se trata de descartar primero los problemas habituales (calor, energía, controladores) y luego investigar más a fondo si es necesario. Si esto logra que se implemente una actualización, el esfuerzo habrá valido la pena. Crucemos los dedos para que esto ayude a evitar fallos y a volver a jugar sin sorpresas.